
Tal como dice el título, cada vez que intento ejecutar el USB activo para Ubuntu 15.10 en mi computadora, el sistema operativo arrancará bien, pero la mayoría de las veces, el escritorio se congelará permanentemente, generalmente después de que todo se haya cargado. El tiempo promedio suele ser de 30 a 60 segundos después de que se haya cargado el escritorio.
El md5sum para .iso es correcto y la unidad USB no está dañada, ya que el sistema operativo arrancó bien en otra computadora.
Esta computadora es una computadora portátil Toshiba Qosmio X75-A7290.
Las especificaciones son:
32 GB de RAM
Intel Core i7 (4700MQ Haswell)
Gráficos Intel HD 4600
NVIDIA GeForce GTX 770M
SSD de 256 GB (donde está instalado Windows)
HDD de 1 TB (para archivos superfluos)
Intel Centrino Wireless-N 2230
Debo señalar que no sólo Ubuntu tiene este problema. OpenSUSE y Fedora también sufren el mismo problema. ¿Alguna especificación de esta computadora portátil contribuye a este factor?
Gracias, fahad
Respuesta1
Muy bien, encontré la solución. Todo lo que tuve que hacer fue iniciar el USB en vivo tanto en Ubuntu como en Fedora con el nomodeset
comando para la opción de inicio en GRUB.
No necesité cambiar ninguna configuración en el BIOS.
Aquí encontré las instrucciones Mi computadora arranca con una pantalla negra, ¿qué opciones tengo para solucionarlo?