
He estado usando una máquina virtual Linux en un host de Windows durante un tiempo y siempre tuve velocidades bastante razonables. Recientemente decidí cambiar a Linux como mi controlador diario, así que configuré un arranque dual y migré mi VM. Sin embargo, he notado que el propio Linux parece funcionar un poco más lento que Windows, y la máquina virtual de Linux es tremendamente lenta. ¿Me estoy perdiendo de algo?
Información del sistema:
- Windows 10 (última actualización)
- Ubuntu 19.10
- Máquina virtual Kali 2019.2 (Caja virtual)
- CPU i7-9700F
- 32 GB de RAMDDR4
- SSD de 1 TB (Windows)
- Partición SSD de 500 GB (Linux)
- GTX1050Ti